Nueva Maestría en Derecho Procesal y Litigación con enfoque único en Uruguay

El co-director, Prof. Santiago Pereira Campos, explica los principales puntos y el comienzo de la primera generación
Nueva Maestría en Derecho Procesal y Litigación con enfoque único en Uruguay

A comienzos de abril, la Facultad de Derecho de la Universidad de Montevideo (UM) recibió a la primera generación de estudiantes de la Maestría en Derecho Procesal y Litigación. Se trata de la primera maestría en Uruguay con un enfoque amplio y comprensivo de todas las áreas del Derecho Procesal, con un énfasis adicional en la Litigación. 

En la siguiente entrevista, conversamos con el profesor Santiago Pereira Campos, quien es co-director, junto con la Dra. Margarita De Hegedus, de esta propuesta académica.  

¿Cómo surgió esta nueva maestría? 
Es parte de un largo proceso, ya que venimos preparándonos hace diez años con el Postgrado en Derecho Procesal Aplicado. Este ha sido un banco de pruebas para definir cuáles son las principales necesidades de la abogacía y la judicatura en relación al funcionamiento del sistema de Justicia, además, de que sirvió para elegir, desde la práctica, las mejores metodologías de aprendizaje. De hecho, muchos de los alumnos del Postgrado ahora están cursando el Máster. Esperábamos que la convocatoria fuera grande, pero las inscripciones para el primer año nos han sorprendido gratamente, ya que se agotaron los cupos y quedaron alumnos en lista de espera. 

¿Qué diferencial le aportará a un alumno transitar este programa de estudios? 
Se trata de una maestría profesional, orientada a desarrollar conocimientos, destrezas y habilidades esenciales para el ejercicio de la abogacía y la judicatura, fundamentalmente en las áreas del Derecho Procesal y de la Litigación.  
 
El estudiante tiene un bloque de módulos obligatorios que son imprescindibles (actos de proposición, prueba, medios impugnativos, litigación, etc.) y, luego, de acuerdo a su interés, puede elegir las materias opcionales que le permitan perfeccionarse en las áreas de ejercicio profesional que considere más interesantes, ya sea Proceso Arbitral, Proceso Laboral, Procesos Constitucionales y Colectivos, Procesos Ejecutivos y de Ejecución, Proceso Penal, entre otras.  

En definitiva, el programa de estudios es -a la vez- un ámbito fermental de generación de conocimiento aplicado, donde interactuando desde la abogacía y la judicatura, se aprende deconstruyendo sin prejuicios lo que aprendimos en el grado. El programa permite construir desde la experiencia y necesidades profesionales.  

¿Qué papel jugó la pandemia? 
La pandemia ha puesto en jaque los sistemas de Justicia en todo el mundo y algo similar ha ocurrido con el sistema educativo universitario en todas partes. Pero el segundo tuvo una reacción mucho más rápida y acorde con las necesidades límites de estos tiempos difíciles. 

La UM ha desarrollado las herramientas y brindado las destrezas y habilidades necesarias para que profesores y alumnos no pierdan un día de clase. Por supuesto que las clases online son muy distintas que las clases presenciales. La virtualidad requiere adecuarse a ella. Se necesita gran creatividad de todo el equipo académico para aprovechar adecuadamente las herramientas tecnológicas. En el caso concreto del Máster, que ocurre de igual manera con el Postgrado, las y los estudiantes se han adaptado muy bien al cambio y se abrieron oportunidades para alumnos del interior del país y del exterior que se han sumado a la Maestría. 

¿Cómo se llevan adelante las clases? 
Un Máster profesional, y más en el área del Derecho Procesal y la Litigación, requiere aprender "haciendo". Por ende, la regla es -un poco en serio, un poco en broma- que las clases son el ámbito ideal para equivocarse, para ensayar, para buscar nuevas soluciones pensando fuera de la caja. Porque allí afuera, en la vida real de los tribunales, como operadores claves del sistema de Justicia, tenemos una inmensa responsabilidad y debemos disminuir la probabilidad de errores que le cuesten a los litigantes dinero y afecten sus derechos.  

Trabajamos con la teoría del caso, con juego de roles, con mucha jurisprudencia y buscamos generar en la clase un ambiente de libertad y respeto que permita a todos actuar desde la duda, llevando las normas jurídicas a la práctica de la litigación. Por otra parte, los profesores extranjeros que participan siempre en alguna clase de cada módulo, nos dan una visión internacional de los problemas del Derecho Procesal y la Litigación, lo que es hoy esencial en tiempos de globalización y conflictos transnacionales. 

¿Qué considera que hace posible esta maestría? 
Sería imposible una Maestría tan ambiciosa en sus objetivos y contenidos, sin un equipo docente que yo califico de Dream Team. Con Margarita de Hegedus, tenemos el inmenso honor de dirigir esta Maestría que cuenta con un equipo de grandes profesores. En el equipo permanente, no puedo dejar de mencionar a Virginia Barreiro, Luis María Simón, Raquel Landeira e Ignacio Soba, a quienes se suman en cada módulo profesores especializados en la materia.